La popular criptomoneda bitcóin consume más energía que un país como Argentina en un año por los cálculos complejos que realiza para verificar las transacciones.
Con 121,36 teravatios-hora (TWh), la red de bitcóin representa un 0,56 % de todo el consumo de electricidad a nivel mundial, por encima de Argentina (121 TWh), e incluso los Países Bajos (108,8 TWh).
Según un reciente estudio analítico de la Universidad de Cambridge (el Reino Unido), este fenómeno de gasto energético se debe a un complejo proceso que se realiza para producir la criptomoneda, que consiste en la resolución de pruebas, cálculos informáticos pesados y otras operaciones que realizan los denominados mineros de bitcóin desde computadoras que están conectadas a la red de criptomonedas para recibir a cambio una pequeña cantidad de esta moneda digital, informa la cadena británica BBC.
“Realmente es por diseño que el bitcóin consume tanta electricidad. Esto no es algo que cambiará en el futuro a menos que el precio del bitcóin baje significativamente”, ha afirmado el investigador del Cambridge Center for Alternative Finance, Michel Rauchs a BBC.
La inversión de 1500 millones de dólares que hizo Elon Musk en el bitcóin y el anuncio de un plan a futuro para aceptarlo como pago en la empresa estadounidense Tesla disparó el valor de la criptomoneda, esto hizo que los incentivos a los mineros del bitcóin se incrementen. Es así que mientras más aumenta el valor de la criptomoneda, más trabajan los mineros del bitcóin desde sus ordenadores y, por eso, el gasto de energía es mayor.
Mientras la criptomoneda ha llegado a costar los 48 000 dólares, los críticos consideran que la decisión de Musk puede llegar a afectar a su compañía de automóviles eléctricos Tesla porque socava su imagen ambiental.
En tanto, el autor del libro Attack of the 50 Foot Blockchain (Ataque de la cadena de bloques de 50 pies), David Gerard cree que esta moneda virtual es “literalmente ineficiente” porque su producción consiste en una competencia entre varios hardware que varían en eficiencia y, por lo tanto, “su producción de CO2 (dióxido de carbón) solo aumenta” y esto contradice la postura ambiental de Tesla.
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