El silencio que la pandemia de la COVID-19 causa en las costas de Australia está contribuyendo a comprender de forma más profunda el raro lenguaje de los delfines.
Como en el resto del mundo las ciudades de Australia han visto reducida significativamente sus actividades cotidianas debido al brote del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, pues el silencio provocado está siendo aprovechado por la Fundación de Mamíferos Marinos de Australia (MMF, por sus siglas en inglés) para escuchar e intentar comprender sonidos de los delfines, habitualmente obstruidos por el ruido ambiental.
Ahora, los científicos del MMF han logrado grabar 3000 horas de los sonidos que producen estos animales en la costa de la ciudad Melbourne (sureste) para comunicarse para comprender qué clase de códigos manejan.
Estos delfines tienen un “silbido característico”, distinto al de los demás delfines, que pueden ser un equivalente a que cada uno tenga su propio nombre, ha dicho Kate Robb, directora y fundadora de MMF, según reportó recientemente Atlas Obscura.
“Eso nos informará si los delfines necesitan protección en ciertas áreas, en ciertas épocas del año. No solo estamos tratando de comprender la comunicación con los delfines, también estamos mirando la conservación, los comportamientos humanos que impactan a los delfines, para que podamos recomendar nuevas políticas para protegerlos”, sostuvo, agregando que serán necesarios varios meses para el análisis de las grabaciones y la sistematización de datos.
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